2009(e)ko martxoaren 17(a), asteartea

La felicidad, modo de empleo

La felicidad. Modo de empleo.

A diferencia de otros lugares del mundo donde sobrevivir sin las necesidades básicas cubiertas es todo un logro, en el mal llamado primer mundo (que chupa a los países ricos en recursos naturales), somos unos privilegiados porque vivimos bajo un techo donde además de una cama, hay un baño, grifos varios desde donde sale agua potable y caliente; y uno de ellos es la ducha. ¿De qué podemos quejarnos? De nada.
Para algunas personas la vida es como una montaña rusa, con subidas pronunciadas y bajadas espectaculares. Para otros, por su forma de ser, no hay lugar para sobresaltos y la felicidad es llevar una vida monótona las 24 horas, siempre llano, sin subidas ni bajadas. No me identifico con ninguna de las dos. En todo caso creo que la felicidad es tanto la ausencia de dolor –de muchos tipos claro- como la presencia del amor, con esos momentos compartidos con tu pareja (o no) que van y vienen y que conviene coger al vuelo, como el “sezo” lo único bueno de la vida de adulto. Pero desde luego que la felicidad no puede ser plena….si no se puede salir a correr. Hace poco entrenando me crucé con un hombre ya mayor, de unos 80 años, que al verme exclamó: “Qué envidia me das. Yo también salía antes”. Algún día seré como él y le diré lo mismo a otro que pase corriendo.
Tous les matins du monde sont un chemin sans retour. Y otra buena cita, esta de Simone de Beauvoir, relativa al amor y la vida en pareja: “Entre deux individus, l'harmonie n'est jamais donnée, elle doit indéfiniment se conquérir”.

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